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Cubiertas rígidas de piscina

23 octubre 2022

Las cubiertas rígidas de piscina permiten alargar al máximo la temporada de baño y disfrutar de otras ventajas, como el ahorro en suministro de agua debido a su mejor conservación en un entorno cerrado. En los próximos apartados, vamos a ver las características de esta clase de elementos y cuáles son los tipos más destacados.

Cubiertas rígidas de piscina: un elemento de protección básico

Las cubiertas rígidas suelen estar fabricadas en policarbonato para piscinas, así como en otros materiales, como el acero inoxidable, que se utiliza para construir la estructura. Cabe señalar que se comercializan en diferentes colores y diseños para adaptarse a cualquier piscina, sea cual sea su tamaño, y sus características estéticas. Claro está, esto último es un aspecto importante, ya que lo ideal es que la cubierta se integre perfectamente en el espacio donde va a ubicarse.

Combinan una alta resistencia a los elementos externos y una protección ultravioleta, muy recomendable para disfrutar del baño sin miedo a los efectos nocivos del sol cuando nos exponemos prolongadamente. Y son un elemento que favorece la seguridad de los más pequeños: si no hay nadie supervisándolos, es posible cerrar el recinto para que nadie acceda sin permiso y pueda poner su integridad en riesgo.

Además, son fáciles de montar y, si son retráctiles, se pueden abrir y cerrar con mucha facilidad. Los diseños de media altura son elegantes, aerodinámicos y funcionales, pero sobre todo modernos y discretos. Su objetivo es proporcionar una protección óptima sin alterar la estética de la piscina.

Sus arcos sin costura tienen una gran resistencia estructural. No se suelen usar ingletes en la estructura de las cubiertas para incrementar su resistencia, algo que les permite aguantar fuertes ráfagas de viento con seguridad, sin suponer un riesgo para los habitantes de la vivienda donde se encuentre instalada.

Otra característica diferenciadora es que cada módulo está separado, lo que facilita su traslado y su instalación.

¿Qué tipos existen?

Aunque en el mercado se pueden encontrar bastantes tipos de cubiertas, vamos a centrarnos en las dos categorías más amplías: fijas y retráctiles.

Fijas

Estas cubiertas no se pueden abatir para dejar expuesta la piscina a los elementos, ya que su instalación es de carácter permanente. La gran ventaja es su gran solidez. La falta de elementos móviles favorece esa cualidad. Cabe señalar que se trata de un accesorio que tiene un coste menor que las opciones retráctiles, de las que hablaremos en el próximo apartado.

Asimismo, en el módulo más grande del recinto que se crea, se suele instalar una puerta lateral corredera, que permite acceder a la piscina de pie, hasta en los modelos más bajos. Se garantiza el mejor cerramiento, por lo que esta característica no compromete su estanquidad.

Retráctiles

Estas cubiertas introducen la posibilidad de quitar la cubierta de forma cómoda en aquellos días en los que se quiera disfrutar del baño a la intemperie, y cuando están puestas, protegen incluso en condiciones meteorológicas adversas. Es más, hasta con pequeñas nevadas se pueden usar sin problemas.

También, su flexibilidad, las convierte en la mejor opción en climas templados, en los que la temperatura nocturna puede variar bastante con respecto a la diurna. En tales casos, se puede retirar la cubierta en las horas del día y cubrirla durante la noche para disfrutar de un baño bajo las estrellas.

En suma, contar con cubiertas rígidas de piscina, es una excelente alternativa a otras soluciones como las lonas o las cubiertas deslizantes a ras del agua, que protegen el agua, pero no permiten prolongar la temporada de baño o disfrutar de esta actividad sin intromisiones del ambiente exterior. No conforme con el post

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