Hay muchas formas de ahorrar a la hora de poner una piscina en el jardín. Una de ellas es revestir la piscina sin contratar a ningún profesional para que se encargue de ello. Es algo más fácil de lo que parece y que puede evitar el desembolso de una buena cantidad en concepto de mano de obra. ¿Cómo poner gresite en una piscina? Aquí lo vamos a explicar de una forma rápida y clara.
Materiales necesarios para poner gresite en la piscina
Lo primero es comprar las placas o mallas de gresite según la cantidad de metros cuadrados que sumen las paredes y el suelo de la piscina. A continuación, es necesario adquirir un mortero cementoso impermeable, flexible y sulforresistente. El cemento blanco para las juntas y el cemento cola para piscinas (tipo C2TE) son otros materiales imprescindibles para realizar la tarea.
A esto hay que sumar algunas herramientas. Hablamos, en concreto, de una llana dentada y otra de esponja, una paleta y unas tenazas de Widia. El cúter y el recipiente para hacer la mezcla de cemento cola son otros elementos básicos.
¿Cómo poner gresite en una piscina?: Guía paso a paso
Ahora sí, una vez que todo esté al alcance de la mano, llega el momento de colocar el gresite. Debemos hacerlo de la siguiente forma:
- Preparar la superficie. Esta debe estar totalmente nivelada y libre de suciedad. En caso de que presente alguna grieta o fisura, resulta fundamental subsanarla antes de comenzar la instalación.
- Elaborar el cemento cola. Mezclaremos el polvo de cemento con agua. Es imprescindible seguir las instrucciones del fabricante al pie de la letra para evitar la formación de grumos y que el cemento sea efectivo.
- Extender el cemento cola. Para ello, es necesario usar la llana dentada. La capa ha de tener entre 2 y 3 mm de grosor y abarcar un espacio reducido (30 x 30 cm, por ejemplo). Es necesario ‘peinarla’ usando los dientes de la herramienta.
- Colocar el gresite. La razón por la que hemos dicho que no se debe aplicar demasiado cemento cola de una sola vez es que, si se seca, no será posible pegar el gresite. Así que es mejor trabajar de este modo e ir poco a poco hasta terminar todas las paredes y el suelo.
- Retirar el papel que cubre las placas de gresite. A continuación, retiraremos los restos de cemento cola. Para ello, será suficiente con usar una esponja húmeda limpia.
- Rellenar las juntas. Entre cada placa de gresite, quedará un espacio que deberá ser rellenado con cemento blanco. Es lo que se denomina ‘rejuntado’ y tiene una finalidad principalmente estética. Sin embargo, también es fundamental para evitar las filtraciones.
- Limpiar. Despejeramos tanto los restos de cemento blanco del rejuntado como el gresite en general. El proceso de limpieza debe realizarse siempre en diagonal y usando únicamente una esponja mojada. No es recomendable utilizar productos químicos, ni siquiera si, con el tiempo, aparecen algas o elementos similares. Hay productos específicos para piscinas que no dañan el material y son mucho más útiles.
Llega el momento de disfrutar de la nueva piscina
Ya hemos dejado claro cómo poner gresite en una piscina. Una vez superada esta fase, y tras conectar la depuradora y demás elementos necesarios, podemos llenar la piscina de agua y empezar a disfrutar de ella. Aunque, tal vez, sea una buena idea aprovechar para colocar cubiertas para piscinas que protejan el agua cuando no se esté disfrutando de un refrescante chapuzón. Sin duda, son elementos muy prácticos y que pueden ahorrarnos mucho tiempo en lo que respecta al mantenimiento y la limpieza de la zona de baño.